Tras los escándalos de los ERE, las tarjetas de Bankia y la traición a la huelga de contratas de Movistar, los aparatos sindicales de Toxo y Méndez vuelven a dar muestra de lo poco que les interesa dar solución a los graves problemas que vive hoy la clase trabajadora

Desde la Confederación General del Trabajo (CGT)  queremos lamentar la firma de un nuevo pacto que ahonda todavía más en la precarización de las condiciones salariales y en la calidad de vida de las familias trabajadoras.

Desde la Confederación General del Trabajo (CGT)  queremos lamentar la firma de un nuevo pacto que ahonda todavía más en la precarización de las condiciones salariales y en la calidad de vida de las familias trabajadoras. La firma de un nuevo acuerdo, que limita el crecimiento de los salarios para 2015 en un 1%, después de varios años de congelaciones y hasta reducciones de las nóminas para millones de personas, ahora –cuando la banca y las grandes empresas del IBEX 35 están reconociendo beneficios de más del 25% de media- resulta vergonzoso e insultante que las direcciones de UGT y CCOO, junto a la patronal y el gobierno de Mariano Rajoy, pacten un aumento que, para la mayoría de ese 75% de la población activa que tiene algún empleo, apenas supondrá unos 8 o 9 euros al mes.

Para la CGT esta nueva derrota del sindicalismo institucional, a manos de la CEOE y el ministerio de Fátima Báñez, viene a confirmar que Toxo y Méndez han perdido cualquier relación con la historia del movimiento obrero y la trayectoria de luchas y conquistas del sindicalismo reivindicativo. Después de pasarse años criticando los recortes y la Reforma Laboral del PP, resulta inexplicable que en estos momentos de máxima indignación social contra esas políticas firmen un acuerdo que –de facto- supone dar por buena la línea de recortes del Gobierno en materia laboral y social. Algo que le vendrá muy bien al Partido Popular para presentarse ante el electorado con un milagroso pacto que le pueda salvar las elecciones.

Este pésimo acuerdo, en una etapa de recuperación económica -según afirman todos los expertos- no tiene ninguna explicación racional, salvo que las direcciones de los dos sindicatos oficiales se hayan visto presionadas a firmar este pacto como contrapartida por las subvenciones que de nuevo están concediendo a estas organizaciones  las distintas administraciones (Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña, Mº de Trabajo, etc.) por importe de varias decenas de millones de euros, bajo los pretextos más peregrinos: para actividades de prevención de riesgos, búsqueda de empleo, formación profesional, etc. y, en muchos casos, sin que dichos sindicatos tengan que presentar posteriormente justificaciones de los gastos.

CGT considera lamentable que desde los gobiernos nacional y autonómicos se continúe inyectando dinero público a los dos sindicatos mayoritarios, con el único propósito de tenerlos callados ante tanto atropello como se está cometiendo contra la clase trabajadora y sus familias, dispuestos a firmar cualquier pacto antisocial si ello se acompaña con la promesa de nuevas subvenciones. Sobre todo cuando se está demostrando que la corrupción de altos responsables de estos aparatos sindicales supera ya el calificativo de “presunta”.

Desde un punto de vista crítico con la corrupción que avergüenza al país entero no se puede aceptar que haya sindicatos subvencionados y mimados por el régimen, mientras otras organizaciones sindicales y sociales están sufriendo permanentemente la represión de las empresas y los aparatos del Estado, sencillamente porque se oponen legalmente al saqueo de todos nuestros derechos y libertades como trabajadores y como ciudadanos.


Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT

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